PSICOLOGIA DE LAS MASAS

 

Los párrafos siguientes pertenecen a la parte introductoria de algunas de las clases brindadas por Lacan en su seminario 23, que se dictó entre 1975 y 1976 en la Escuela Freudiana de Paris.

 -´Tenía una esperanza puesta en las vacaciones- y no piensen que se trata de coquetería, de provocación. Mucha gente se va. Entre mi clientela, es sorprendente. Pero aquí no, veo las puertas obstruidas como siempre. Todo esto me exaspera, porque no es de muy buen gusto.

Más aún esperaba que la sala estuviera aligerada, gracias a lo cual esperaba pasar a las confidencias, instalarme en medio de la sala, no sé. Si solo hubiera la mitad de audiencia, sería mejor, podría hablar de manera más íntima.

De todos modos seria simpático si pudiera lograr que me respondan, que colaboren, que se interesen. Me parece difícil interesarse en lo que se vuelve una búsqueda. Quiero decir que empiezo a hacer lo que implica el término búsqueda, es decir, dar vueltas en círculos.

Había una época en la que yo era algo estruendoso. Decía, como Picasso- Yo no busco, encuentro. Pero ahora me resulta más difícil abrirme camino´.

(Clase del 17 de Febrero de 1976)

 -´Por lo general, tengo algo que decirles. Pero hoy, ya que tengo un pretexto-es mi cumpleaños-, desearía poder verificar si sé lo que digo.

Pese a todo, decir apunta a ser escuchado. Me gustaría verificar, en suma, si no me contento con hablar para mí-como hace todo el mundo, por supuesto, si el inconciente tiene un sentido.

Así pues, yo preferiría que hoy alguno me haga una pregunta. Digo alguno, no pido muchos, no pido en absoluto que se saquen chispas.

Sin duda me hubiera gustado que alguno escribiera algo que justificara este trabajo que me tomo desde hace algo más de veintidós años. La única manera de justificarlo sería que alguien invente algo que pueda servirme a mí. Estoy convencido de que es posible´.

(Clase del 13 de Abril de 1976)

 -´La última vez les confié que la huelga me vendría muy bien. No tenía ninguna gana de contarles nada porque yo mismo estaba confundido.

¿Se oye? No voy a hablar más fuerte. ¿Funciona éste micrófono? Me resultaría muy fácil encontrar otro pretexto, que esto no funciona por ejemplo- no es que esta vez no tenga algo para decirles´.

(Clase del 11 de Mayo de 1976)

 

Varios años antes, en 1921, Freud había publicado un texto llamado Psicología de las masas y análisis del yo. En él hace un recorrido de lo trabajado hasta el momento acerca de este fenómeno para inferir nuevas conclusiones en la materia. En un pormenorizado análisis  argumenta su idea de que el principal fenómeno de la psicología de las masas es la falta de libertad del individuo dentro de ellas. En su texto dice: ´en la masa, opina Le Bon, desaparecen las adquisiciones de los individuos y, por tanto, su peculiaridad. Aflora el inconciente racial, lo heterogéneo se hunde en lo homogéneo. Diríamos que la superestructura psíquica desarrollada tan diversamente en los distintos individuos es desmontada, despotenciada, y se pone al desnudo el fundamento inconciente, uniforme en todos ellos´. (..) Y plantea tres causas: a consecuencia de que el individuo pertenece a un gran número de personas, adquiere un sentimiento de poder irrefrenable que, de haber estado solo, hubiese podido controlar. Otra causa es el contagio, en las masas, es fácil que el individuo deje un interés personal en detrimento del interés colectivo; y una tercera causa relacionada con la sugestión, en donde el individuo inmerso en la masa presenta particularidades que, de estar aislado, resultarían opuestas. Más adelante en este mismo texto  cita a McDougall , cuyos argumentos acerca del comportamiento de las masas resulta muy interesante: ´(...)una masa tal es extremadamente excitable, impulsiva, apasionada, veleidosa, inconsecuente, irresoluta y al mismo tiempo inclinada a acciones extremas, accesible solo a las pasiones más groseras y los sentimientos más simples, extraordinariamente sugestionable, aturdida en sus reflexiones, violenta en sus juicios, receptiva solo para los razonamientos y argumentos más elementales e incompletos, fácil de conducir y de amedrentar, sin conciencia de sí (…)´ Freud planteará, entre otras cosas, que para que exista una masa ni siquiera hace falta un líder, el odio, por ejemplo, puede ser lo que une a los individuos en una masa, el fanatismo por un ideal, e incluso...el amor. 

En los párrafos extraídos de las clases del seminario 23, lo que podría interpretarse como un descontento de Lacan por la cantidad de personas asistentes a sus clases e incluso una molestia al no recibir preguntas, parece más
bien la expresión de una presunción: que el psicoanálisis podría ser convertido en una nueva masa, una masa incuestionable. Dice Freud en su texto que el líder de las masas actúa cohesionando a la misma y favoreciendo la unión entre sus miembros a partir de la identificación de los individuos entre sí y con el líder, en donde se produce una idealización de éste. Parece, entonces, que si el líder de una masa cualquiera está demasiado idealizado no se lo puede cuestionar.

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